Porque al igual que la Torre de la que toma su nombre, está producido con la ambición de perdurar en el tiempo.
La TORRE DE VILLAVERDE también conocida como Castillo de Fernán Martínez de los Molinos se localiza junto a la margen izquierda del Rio Guadalquivir, a escasos 2 kms. de MONTORO y sobre el mismo trazado que seguía la Via Augusta romana a su paso por Montoro y a través de la campiña cordobesa.
De gran relevancia durante la Reconquista y los conflictos nobiliarios de la Edad Media, su origen se atribuye a una antigua Torre Albarrana de origen árabe, aunque ya es en 1.472 cuando tenemos constancia documental de su existencia.
TORRE DE VILLAVERDE
Recolección Temprana, comenzando la Cosecha en envero para garantizar la obtención de un aceite de calidad superior y consiguiendo unos matices de sabor únicos, a su vez y gracias a esto, incrementamos el periodo de descanso del árbol con el objetivo de que la vecería no sea tan acentuada.
Inmediatamente después, el Aove se almacena en la bodega, asegurando la conservación de todas las cualidades organolépticas del Aove, y garantizando que, tanto las propiedades saludables, como los matices de sabor inigualables, lleguen intactos hasta su degustación por el consumidor.
Tan solo unas horas después de la recolección, las aceitunas llegan a la Almazara donde, tras ser clasificadas, se lleva a cabo el proceso extracción, en el que se transforman en un aceite de oliva virgen extra de máxima calidad.
Valoramos la importancia de cuidar y proteger nuestro entorno rural, y de mantener y fomentar nuestra riqueza cultural y gastronómica, combinando los elementos que componen nuestro patrimonio y su estrecha relación histórica con el aceite de oliva.
La TORRE DE VILLAVERDE también conocida como Castillo de Fernán Martínez de los Molinos se localiza en la margen izquierda del Guadalquivir, a escasos 2 kms. de Montoro en plena campiña cordobesa. Como demuestran los restos arqueológicos encontrados en sus inmediaciones, se confirma que su emplazamiento ha sido utilizado por las distintas civilizaciones a lo largo de más de 2.500 años.
Centro económico y administrativo del Señorío de Villaverde dependiente de la Casa de Aguayo durante más de 500 años, su mayor extensión llegó a estar compuesta por siete cortijos y más de 1.800 hectáreas de cultivo olivarero y cerealista, ocupando ambos márgenes del Río Guadalquivir a lo largo de los términos de municipales de Montoro, Villa del Río y Bujalance.
El origen de su actual construcción se remonta a 1.472, cuando Diego de Aguayo y Cárcamo, después de resolver las disputas nobiliarias que habían provocado su demolición, obtiene real privilegio de Enrique IV para reconstruir la antigua torre árabe de Fernán Martínez de los Molinos.
Si bien en sus orígenes predominó el cultivo cerealista y la ganadería, tenemos constancia del cultivo del olivar en sus tierras desde principios del siglo XIX (1.809), tal y como confirma el siguiente documento:
Solicitud de Juan de Aguayo y Manrique 11º señor de Villaverde en al Ayto. de Bujalance:
[Juan de Aguayo y Manrique… pide licencia para sacar las matas de encinas y chaparros que hay en diez fanegas de tierra llamadas “El Chaparral” pertenecientes a una hacienda que posee en el término de Montoro, a fin de plantarlas de olivos, y para cortar y entresacar lo conveniente en las alamedas y huerta pertenecientes a la hacienda.]
El Señorío de Villaverde ha dado nombre a los títulos nobiliarios “Marqués de Villaverde” actual “Marquesado de Santaella” concedido por Felipe IV en 1.649 y también al de “Marqués de Villaverde de Aguayo” concedido por Fernando VII en 1.820.
Producimos Aceite de Oliva Virgen Extra de máxima calidad y con características singulares para que, al consumirlo sus fragancias nos trasladen al entorno natural donde se cultiva y nos permita disfrutar de un auténtico placer gastronómico.
Proteger la Torre de Villaverde, – Testigo de la Historia durante más de ocho siglos – reflexionando sobre los placeres de lo cotidiano y sumergidos entre el mar de olivos que la rodean, nos hace valorar la importancia de nuestro trabajo y disfrutar de todas esas pequeñas cosas de nuestro día a día que algunos denominan “estilo de vida mediterráneo”.